Tres series de Manuel Gago surgieron en 1959 y enriquecieron
las papelerías y quioscos de Albacete capital. Allá van sus títulos : "El
Corsario Sin Rostro", "Piel de Lobo" y "El Aguilucho". A esta última voy a
dedicarle mi pequeño homenaje, pero antes, amigos lectores de la deliciosa “Cerca”… que con su clase y entraña nos acerca a ese edén de la cultura que a menudo
acariciamos, permitidme que os relate una pizca de lo que acontecía por aquellas lejanas fechas a nivel nacional y, por supuesto, local.
Atentos : El año empezó mal para los habitantes de Ribadelago, pueblecito
zamorano que sufrió una espantosa catástrofe al resultar inundado tras la
rotura de una presa a causa de las intensas lluvias caídas en días anteriores.
La zona quedó arrasada, murieron casi centenar y medio de personas y las
pérdidas materiales arruinaron a los supervivientes de la tragedia… y del dolor
a la alegría : En julio entraba triunfante en el Parque de los Príncipes, de
París, como ganador del Tour de Francia y
Rey de la Montaña el toledano, Federico Martín Bahamontes… y en la sala
de aparatos telegráfica, pepe Serrano, paisano del vencedor, brindaba con vino
del célebre "Bar Avión" , que regentaban los imborrables Antonio Hoyos y su
encantadora esposa Cipriana, junto a su
musa Fina Siquier y colegas tan adorables como José Fernández Carcelén,
Angelita Romero, “ Espinosilla”, Lucas López, el alma de Linares, Paco Ortiz,
Palop y repartidores , capataces y celadores de gratísimo recuerdo por el éxito
memorable del legendario ciclista.
Severo Ochoa ganaba el Premio Nobel por sus
importantísimos descubrimientos sobre los ácidos nucleicos… y en la parcela
manchega empezaba a construirse el Estadio Municipal, hoy campo del Carlos
Belmonte, a la vera del barrio del Asilo y a tres pasos de las calles San Juan,
Imperial, Oliva Sabuco de Nantes, Don Quijote y Sancho Panza. También se
inauguraba el Seminario y nacían fotógrafos tan reputados como Miguel Piña, autor de miles de fotografías
de los rodajes de las películas de Santiago González Meneses “El Guerrero del
Antifaz”, “ Paladines de La Mancha" y “Andantes y brujas"… Y ahora sí, ahora
le ha tocado el turno al personaje protagonista del episodio “tebeístico"
gestado en la mítica Editorial Maga con guión y dibujos del citado don Manuel
Gago García. La acción arrancaba en veladas medievales ,en el salón principal
del majestuoso castillo del duque de Frisol, feudo europeo del siglo XIII, por
cierto que el primer cuadernillo apaisado
( "Complot siniestro" ) se regaló a los futuros coleccionistas
comprando un ejemplar de “El Duque Negro”, epopeya que pegaba fuerte en la
etapa del “seiscientos", la mortadela y
la “vespa”. Avanzo : el progenitor del
rubio y atractivo superhéroe les explicaba a “Merlín", hombre de ciencias y a
“Brazos”, atleta gigantesco y bonachón, personas que gozaban de su confianza,
que dadas sus constantes salidas a combatir contra los piratas normandos que
invadían sus tierras, delegaba en ellos la educación de su primogénito apodado
“El Aguilucho” por su agilidad, movimiento, audacia, osadía y valentía al cien
por cien. Entre ambos formarían a Marcel y lo convertirían sin demasiado
esfuerzo en un joven dotado de sabiduría, fuerza y destreza en el manejo de las armas.
Marcel o “Aguilucho”, alumno aventajado, asimilaba rápidamente las lecciones de
sus tutores y brillaba con luz propia, ajeno a la traición de un tío suyo que trataba de apoderarse del
poder y las riquezas que poseía el autor
de sus días ayudado por los piratas de marras. “El Aguilucho” se imponía a los
malvados apoyado por el fantástico “Brazos”, “Pimienta", simpático cocinero
que hacía mejor los cocidos que el marido de la Cari , pues cuando ponía potaje
e invitaba a sus amigos, éstos dejaban de hablarle, y “Dardo”, similar a un
segundo Robin Hood encarnado en el cine por un genial Burt Lancaster para “El Halcón y la Flecha”, película que
abarrotó las salas del Viejo Capitol seis añitos atrás. "Ricardo Corazón de
León" aportaba su granito, lo mismo que la dulce y guapísima Gisela, la novia
de un "Aguilucho" que no ha pasado de moda y continúa en la brecha reeditado y flamante. Nada más, queridísimos,
un abrazo y …¡ Hasta el Jueves que viene…si Dios quiere!.
Valeriano Belmonte
